No importa que no haya talento, la voluntad es suficiente, el aprendizaje tardío lleva muchas, pero muchas decepciones, nos hace sonrojar de la vergüenza, nos hace humillar en ocasiones. Pero esos pequeños malos tragos deben pasar porque la meta aún está bastante lejos, el único aliciente son aquellas revisiones periódicas donde sabemos que vamos a paso de tortuga, pero que estamos avanzando porque no estamos igual que unos meses atrás. La voluntad desarma a nuestros mentores, sólo los más sabios tienen claro que la humildad y la perseverancia abren caminos y nos acercan a nuestras metas. Pobre gil es aquel líder selectivo en base a la aptitud, es más valiente la actitud, es la que hace crecer, la que nos pone a prueba, qué difícil es alzar la mirada y volver a poner la cara en el mismo lugar donde no quisiéramos volver, donde un poco de desazón nos acobarda de una manera desproporcionada. Con la actitud se desarma al más tosco superior, y con la misma actitud sí se avanza, aún en el más tosco camino de ineptitud, esa virtud es una de las cosas que desarman, y a aquellos que la tienen se les debe tirar la puerta para que sean más fuertes, y si siguen ahí parados se les debe abrir cortésmente e invitarlos a pasar. Saludos
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