jueves, 22 de abril de 2010

MI HIJO, MI PAPA Y JUANES PARTE III

Montarme en ese caballo ha sido una experiencia distinta. No es un medio de transporte con un motor, así que no es mecánica y exacta su conducción. Es un ser vivo, a veces resabiado, a veces dócil, y no se va por cualquier lado porque ante todo cuida su propia integridad. Cuando se le da la gana merma el paso o arranca velozmente, ahí está la pericia del jinete para tener en cuenta la bestia pero sin dejarse mandar de esta. Al principio es como una pareja nueva de baile, hay que ir cogiéndole las mañas y así empezar a establecer parámetros de comunicación, Juanes es resabiado en la arrancada, pero es mientras empieza a sudar, mi papá me advierte “…cepíllelo antes de montar para que se le quiten los nervios, no lo deje galopar, si frena muéstrele el látigo, con sólo verlo arranca nuevamente, firme con la rienda si voltea para otro lado, no lo deje correr cuando los perros lo molesten, por una zanja le va a saltar, es el jinete el que manda, no el caballo…” Y así empecé, después de unos cinco minutos ya es mucho más manso, después de unos veinte ya no quiere andar más y toca mostrarle el látigo, hay un punto de la carretera en el que casi siempre frena por alguna razón, sólo después de varias montadas le he ido cogiendo el tiro, no ha sido fácil de comienzo y a veces termino más cansado que el caballo, pero ahí voy, aprendiéndole y marcándole también. Cuando mi papá le va a poner el bozal cabecea mucho porque es irritable cuando le cogen las orejas, después de la montada ya está cansado y se lo deja poner y quitar sin oponer resistencia, entonces mi papá lo consiente y comenta jocosamente: “…jaaaa, Juanes, es que el trabajo amansa, cierto?”. Saludos

sábado, 10 de abril de 2010

MI HIJO, MI PAPA Y JUANES PARTE II

Mi papá es una persona prudente para hablar y para opinar, tal vez demasiado. Su papel en situaciones conflictivas ha sido más bien pasivo, es muy radical en el manejo de sus cosas y permisivo o espectador pasivo de lo que no le afecte directamente. Pero a las personas no se les aprende sólo cuando son consejeros directos y elocuentes. Con simples comentarios cortos, frases sueltas y analogías demuestran su posición acerca de cualquier tema. Ahí es donde está la habilidad de uno para captar esa experiencia de una persona lacónica. Todo lo que sabe y lo que es se lo ha dado una vida empírica, de mucho trabajo y rutina. Es previsivo, trabajador independiente incansable, toma riesgos muy calculados, es bastante ortodoxo, no tiene siquiera educación primaria pero su empirismo e inteligencia le ha permitido tener lo que ha querido. Cuentan que de soltero por allá alguna vez fue empleado en una fábrica textil, afortunadamente yo no había siquiera nacido, hoy en día estoy seguro que si yo lo hubiera conocido como empleado yo lo sería también, sencillamente mis papás me hubieran enfocado a estudiar, tener una profesión y pasar una hoja de vida, es una opción válida, de poco riesgo y la de la mayoría de las personas, nunca contemplé esa opción y no me arrepiento. Pero sí le reclamaría que me hubiera orientado más activamente en esos primeros años de mi experiencia laboral, hubo un distanciamiento que no permitió que así se dieran las cosas, tal me hubiera ahorrado algunos años de intentos fallidos, qué le vamos a hacer. Su vida está en el campo, allá se crió, luego pasó más de 20 años acá en la ciudad y finalmente retornó a él, sé que allá morirá, allá ha encontrado su tranquilidad, en los comentarios que hace sobre los animales que cría y observa está su experiencia, el comportamiento de esos animales es su analogía implícita con la vida de las personas, es la síntesis de sus conocimientos. Viejo, un abrazo grande y fuerte, creo que usted nunca va a leer este blog, sólo me propongo que cada vez que le haga la visita en la finca le voy a atrapar alguna frase suelta para desmenuzarla e interpretarla, como la que le cogí cuando usted estaba desenjalmando al caballo, por eso la bestia ya tiene una entrada reservada acá, es la que sigue, ya hablé de mi hijo, ya hablé de mi papá, ahora le toca a Juanes… Saludos

martes, 6 de abril de 2010

MI HIJO, MI PAPA Y JUANES PARTE I

Estuvimos con mi hijo un par de días en la finca de mi papá, no es miedoso así que le gusta montar en lo que sea, estuvo muy tranquila la visita, no había comentado mucho de él desde diciembre en este blog, pues bien, Sebastián sigue igual de alegre y sano, cuando está conmigo no se me despega, cuando entro al baño él me espera pegado a la puerta, y aunque sigue atrasado con el lenguaje ha avanzado considerablemente porque ya compone frases simples y usa unos cuantos verbos y calificativos, claro que toca corregirle los pronombres pero creo que no se ha estancado con eso, simplemente avanza un poco más lento, a veces dejo la intensidad y comento “qué afán de hablar, finalmente va a tener toda una vida para hacerlo”. Mi mamá dijo que yo hablé hasta los cuatro años así que muchos supondrían alguna tendencia genética, pero la realidad es que eso no tiene fundamento. Los fonoaudiólogos, terapistas de lenguaje y los que saben de niños profesional o empíricamente coinciden en que si bien unos niños son más loros que otros el problema es mera falta de estimulación. Ya se nivelará. Lo duro de confesar en estos últimos tres meses es que bajé la intensidad con mi niño, mejor dicho, lo tengo descuidado. A ver, que se pare en frente mío un papá o una mamá y reconozca algo así, nadie tiene la cara para hacerlo, verdad? Por un lado he copado mucho mi tiempo y energías en buscar cosas para mí, juego con él más poco cuando estamos los domingos, hace rato no lo he llevado a mi apartamento a quedarse conmigo una noche ni le he enriquecido mucho las diapositivas con las que le he enseñado vocabulario en estos últimos tres meses, hace más de un mes que entró a un nuevo jardín y no he ido a hablar con la profesora siquiera para presentarme. No sé qué tan buen padre sea yo, que juzgue el que quiera hacerlo, simplemente sé que puedo dar más con Sebastián y no lo he hecho últimamente. Las razones de fondo las tengo más o menos claras pero me las reservo, obviamente el peladito no tiene la culpa y creo que por ahora está mejor al lado de la mamá. Berraco esto de confesar, no? Mi esperanza es serle útil y aportarle un poco más adelante, espero que cuando más lo necesite. Así que los padres y madres que se ufanan de estar toda la vida igual de pendientes de sus hijos simplemente se engañan a sí mismos, lapídenme por estar consciente de eso y no hacer mucho por ahora para cambiarlo, pero es mi realidad, lo que confieso en esta semana santa. Saludos