domingo, 13 de marzo de 2011

QUISIERA SER UN PEZ...

La conciencia del enfrascamiento en un círculo vicioso aparece cuando la ineptitud le ganó la batalla a las ilusas ganas, cuando las inseguridades opacaron aquellos pseudo-intentos, cuando después del desgaste al fin se comprenden las reglas del juego pero aún no se halla la forma de acomodarlas a la intencionalidad, es cuando el hermoso pez al fin se dio cuenta que estaba dentro de una pecera y que difícilmente saldrá de allí.

La sensación de sinsalida atormenta a aquellos inquietos que se dieron cuenta que definitivamente no podían disfrutar las dulces y tibias aguas del conformismo, envidian a esa gruesa mayoría que merodea tranquilamente por su propia pecera, es más, ni siquiera saben que están dentro de una, le dan a cada día su propio afán, viven el hoy con lo que venga, realmente lo disfrutan y cualquier acontecimiento extraordinario en su rutina ya es una enorme ganancia, se dejan llevar con las burbujas, no se desesperan, simplemente languidecen plácidamente.

La noticia interesante para esos quisquillosos que merodean más de la cuenta, esos tercos para los que el mundo parece parco, es que si cuentan con suerte pueden aportar cosas interesantes, tal vez trascender, son los que generan cambios, se atormentan demasiado, pero eso mismo es lo que les hace exigirse a sí mismos, los que abren caminos, aciertan primero que todo el mundo (aunque también se queman primero que el resto) y generan cambios, finalmente se liberan de su pecera (o naufragan en ella). Pónganles una hermosa pecera con piedritas, burbujas, luces, letreritos y abundante comida, se ve muy lindo desde afuera, desde adentro no lo es para esos pocos que saben que están atrapados en una hermosa pecera.

Por último un consuelo, los peces tienen una memoria muy precaria, a los pocos minutos olvidan cualquier hecho relevante, por eso pueden volver a picar el anzuelo cuando se falla en el primer intento, es mejor así, su desespero durará muy pocos minutos, es más placentera la falta de memoria, por eso como los peces, esa mayoría nada en su presente, el futuro no es importante, y el pasado, ese sí que ni existe, no se acuerdan qué pasó ayer, saben que la comida llega siempre justo a tiempo y eso es más que suficiente para bienvivir su realidad.

Saludos…

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