Felipe es un amigo del barrio donde me crié, somos más o menos contemporáneos, nos graduamos en el mismo año en el mismo colegio pero en grupos distintos, él hizo la primaria en un colegio cristiano donde “lo llenaron de Dios” hasta la saciedad. Ese antecedente aunado a su experiencia como integrante de grupos de oración en la iglesia del barrio y catequista le hicieron formarse un camino netamente católico, pero especialmente teocéntrico. Esa visión y estilo de vida es uno de los más incompatibles con mi personalidad, trato de respetar las creencias de los demás y no comentar demasiado acerca de eso (a menos que me pidan alguna opinión sincera), si finalmente la gente quiere aferrarse a la creencia en algo superior y gracias a eso son personas más fuertes, llenas de virtudes, actúan con transparencia y no incompatibilizan con la liberalidad de los demás bienvenidas sean esas creencias, en cambio con Pipe esas convicciones se volvieron en consecuencias negativas para poder salir adelante en su vida. Hace días nos habíamos telefoneado y quedamos de tomarnos unas cervezas, nos encontramos este sábado que pasó en un billar, jugamos un par de chicos y luego nos sentamos a hablar de todo un poco. No voy a escribir acá en qué rollos anda metido, sería imprudente, pero acá cuento que sí es triste lo que le ha pasado para una persona tan buena gente como lo conocí desde adolescente. Es trabajador social y tiene un negocio de un café Internet, con las mujeres no es que le haya ido muy bien, el tipo tiene su pinta y todo pero no ha dado con chicas que le den una mejor visión de las cosas, su familia tampoco es que le ayude mucho que digamos. Entrando en confianza he tratado de rebatirle algunos de sus pilares básicos, no es fácil y es hasta invasivo pero lo veo tan golpeado que me atrevo a hacerlo a ver si alza un poco la mirada y aplica nuevos puntos de vista, le dedicaré algunas entradas de este blog a la extensísima conversación que tuvimos, prometí hacerlo para que las palabras no se las llevara el viento como escribí en la primera entrada. Estimado lector, imagínese a un testigo de Jehová o de cualquier creencia cristiana echándole Biblia a un escéptico y mundano, haga de cuenta que así fue el contrapunteo de nuestra conversación, pero al contrario, un escéptico y mundano (ateo convertido) bombardeando a un cristiano convencido, es un atrevimiento? Es un forcejeo inútil? Es una discusión bizantina que no debería tocar en este blog? Me prometí escribirlo y lo voy a hacer, que se persigne el que sea, ahí van mis puntos de vista
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